domingo, 22 de abril de 2012

A propósito de prostitución.

PESADILLA CARTAGENERA Por estos días me está corroyendo el cerebro un cuentico sobre la de putas que se dieron Obama y el canadiense en los amplios salones de la heroica y a manteles con la prostituta mayor, "la Santos", mientras sus subalternos hacían lo propio en las calurosas habitaciones de los hoteles elegantes de Cartagena con "prostis" de 800 dólares el servicio. La "Santos" por el contrario se gastó entre 25 y 90 millones de dólares para ser poseída, con toda la parafernalia mediática a cuestas para que nadie se diera cuenta y todos pudieran disfrutar a sus anchas de las mieles a nombre del “americanismo”. Cagada que algunos y algunas hicieran sus desplantes sin consideración con los norteamericanos, en los propios recintos del aquelarre donde no se podían esconder ni ignorar, como si se hizo efectivamente con las manifestaciones de pudor y de decencia de los miles de representantes de los pueblos latinoamericanos que se desgañitaron por las calles de la ciudad durante los tres días de orgía pero que no tuvieron ninguna posibilidad de figuración noticiosa. Qué figuración les iban a dar si no rompieron nada ni quemaron a nadie. La familia anfitriona se duele del comportamiento poco casto de sus dirigentes, entregados cual rameras de 800 dólares servicio a un costo de millones de dólares para la casa y sin ningún beneficio más allá de la satisfacción de las ambiciones sexo-comerci-discriminatorias de los norteamericanos. Desde las calles de Colombia, abril 23 de 2012. Bayardo Ariza Olarte

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