Globo santista

ParaDAS
Impresionado por el escándalo que ha creado la revista Semana al informar sobre la feria de la información confidencial, secreta y de inteligencia generada por funcionarios despedidos, por despedir o avivatos del DAS en disolución, no sé si alegrarme o por el contrario dolerme de los niveles de corrupción a que nos llevó la “refundación” de la patria.
Por ello creo necesario profundizar un poco sobre la realidad de esta denuncia de Semana.
Máxime cuando oyendo al último director de la institución, vuelvo a tener la impresión de asistir a una regular versión del gran Cantinflas, cuando con gran despliegue de histrionismo, mímica y palabras rebuscadas duraba largos ratos diciendo cosas sin decir nada.
El DAS fue creado para reemplazar el SIC (Servicio de Inteligencia de Colombia) o algo así, de ingrata recordación, cuando este tenebroso organismo había caído en desgracia por el sinnúmero de crímenes que cometía en desarrollo, de lo que hoy llamaríamos, misión institucional. Como ahora, miembros de dicha institución cometían toda clase de desafueros y crímenes validos de la licencia que les confería el gobierno de turno cuando, a efectos de perseguir y asesinar a los miembros del partido contrario al del presidente de la república, les daban carta blanca y licencia para difamar, desaparecer y asesinar. Esta nueva institución de inteligencia nacional tuvo desde su creación un solo objetivo, perseguir a la oposición de izquierda, a la desarmada y a la armada y eso fue así durante todo un período de la historia nacional, mientras les duró el frente nacional.
Cuando reaparecieron las luchas interpartidistas e intergrupales, a la tarea indelegable e impostergable de perseguir, desprestigiar, difamar, desparecer y asesinar opositores de izquierda, le volvieron a sumar tareas del mismo tenor contra los grupos disidentes y opositores, de entre sus propias filas, agudizándose la labor al ser penetradas las organizaciones políticas oficiales y la propia entidad por los traquetos narcoparamilitares.
Desde su fundación, amén de expedir certificados de policía para entorpecer el movimiento interno y hacia el exterior de las gentes honradas – los bandidos tienen varios ejemplares firmados y sellados, con fecha abierta de este famoso certificado- y del cumplimiento estricto de su misión antidemocrática y criminal contra los opositores inermes, porque, tampoco, nunca se ha sabido de grandes golpes a las guerrillas producto de labores de inteligencia, con esporádicas acciones criminales contra los opositores internos del oficialismo, no se conoce de acciones importantes de inteligencia de esta institución que pudieran justificar el escándalo que se está presentando.
Se puede entrever algún interés perverso en implicar a gobiernos extranjeros que estarían comprando la información de inteligencia robada por los malos funcionarios, fundamentalmente a los gobiernos de Chávez y Correa por aquello de hacerle el favor a los gringos y aportar su granito de arena para tratar de justificar las descomunales, desmedidas y mendaces críticas que vienen esgrimiendo contra ellos y sus pueblos preparando el terreno para una próxima invasión del tipo de la ejecutada criminalmente contra Libia.
Por lo demás, fuera de su carácter criminal aupado con las licencias que le confirió el “Líder de Ralito”, ésta podrida institución, sus archivos y programas secretos no tienen importancia para nadie, más allá de quienes siguen difamando, persiguiendo, desapareciendo y asesinando a opositores de izquierda inermes. Y como quiera que estos opositores inermes de izquierda no tienen ningún aparato de inteligencias paralelo o de organización criminal que se interesara en la identidad de tal o cual “espía” infiltrado en sus reuniones abiertas y legales, y vienen de tiempo atrás denunciando tales criminales comportamientos, pues hasta ahí fue la “gran pérdida” de información secreta y confidencial del paraDAS.
Si les debería preocupar que mucha de esa información caiga en manos de las Cortes nacionales e internacionales que investigan a tanto criminal de cuello blanco, de esos que fungen de padres de la patria y prohombres nacionales.
Desde las calles de Colombia. Septiembre 20 de 2011.