domingo, 21 de agosto de 2011

¡¡ nunca más !!



Achacando, a manera de blasfemia, mis afugias de salud al gran esfuerzo humano y material desplegado al lado de millones de colombianos y colombianas en las calles y carreteras de todo el país, en el parlamento, en los estrados judiciales, en centenas de seminarios, foros, paneles, durante los funestos y largos ocho años de permanencia del “Líder de Ralito” en la “Casa de Nari”, pero ya descansado al saber que las Altas Cortes, haciéndose eco del clamor popular así expresado, le han cerrado toda posibilidad de regresar al poder en nuestro país a este criminal elemento, decidí que NUNCA MÁS haría la más mínima mención de su nombre o de sus alias, que no lo nombraría jamás. Creo haber podido cumplir mi promesa, máxime cuando no puedo entender porqué muchas plumas exquisitas en el análisis político y social y muchas voces importantes de la izquierda, siguen haciendo mención del personaje por esto, por aquello, por que dijo, por que calló, haciéndole el juego a la prensa amarilla, siempre a su servicio de manera servil, para mantenerlo vigente en el imaginario nacional.

No obstante, hoy cuando asiste a la Cámara de Representantes a rendir declaraciones por la investigación que se le sigue por la intervención criminal de las comunicaciones de altas personalidades de la justicia, la prensa y la oposición a su gobierno y viéndolo debatirse cual “corcho en remolino” únicamente auxiliado por la incompetencia de los “jueces naturales” (1) de pacotilla en la Comisión de Acusaciones (en buena hora bautizada, bajo el proceso 8.000, cámara de absoluciones), no puedo resistir la provocación de sus estúpidas acusaciones y figuras retóricas ridículas con las que quiere buscar que lo exoneren de los graves cargos que la sociedad le imputa, suficientemente conocidos y sancionados, algunos, en cabeza de quienes fueron sus fichas, su mano derecha durante este negro período de la vida nacional.

Tengo, entonces, que hacer mención, primero al “filósofo” de cabecera, el conocido primo de Pablo Escobar Gaviria – José Obdulio (JOG) – quien, prácticamente, lo endiosó, confiriéndole graciosa y gratuitamente unas dotes casi sobrenaturales, queriendo venderle a la sociedad colombiana un segundo, – logrado, como el primero, con crímenes y delitos de toda índole – un tercer, y quien sabe cuántos más períodos presidenciales, en su calidad prefabricada de “Mesías inobjetable”.

Y finalizar refiriéndome a la mentada por JOG: “inteligencia superior” del bellaco, hoy, sin sus corifeos y huérfano de poder, expuesto a la opinión pública como un loquito callejero que bracea y patalea contra las sombras y los ruidos de los carros que pasan a su lado: para que la opinión nacional e internacional vea la clase de “sicofante alborotado” que, incapaz de la más mínima consideración con la inteligencia, escandaliza la audiencia con peroratas incoherentes y estúpidas.

Luego de este desahogo y esperando, únicamente, que la Corte Penal Internacional venga a llevárselo, me comprometo a que nunca más lo volveré a mencionar.

(1) Ver columna de Ramiro Bejarano, El Espectador, domingo 21 de agosto de 2011.

Bayardo Ariza Olarte

Desde las calles de Colombia, agosto 21 de 2011.

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