lunes, 14 de noviembre de 2011

Ladrones de cuello blanco

CLEPTOCRACIA
No por sabido, menos grave, cierto comportamiento generalizado en Colombia entre grupos de interés particulares que se apropian “lícitamente” de ingentes cantidades de recursos públicos, eso sí, argumentando las más variadas, exóticas y atípicas justificaciones. Hace unos cuantos días, por ejemplo, un honorable padre de la patria, como peyorativamente les dice el pueblo a los congresista, llamó la atención de la ciudadanía con un argumento de lo más original, cito de memoria: a los congresistas nos tienen que aumentar los ingresos para que no tengamos que robar para tanquear los dos vehículos oficiales que nos asignan, ya que el sueldo, de más de 15 millones mensuales, no nos alcanza”. Afortunadamente la reacción generalizada contra esta exigencia casi criminal, parece haber hecho recular al flamante presidente de corporación.
Ayer se conoció otro caso aberrante de estos, pero que lleva cincuenta años de existencia – motivo por el cual el nuevo Ministro lo quiere absolver - y solo en los cuatro últimos años ha permitido que funcionarios públicos de alto nivel se apropien abusivamente, aunque de manera lícita repican, de algo así como 26 mil millones de pesos del erario público, en el Ministerio de Minas. Ello mediante la configuración de un fondo para educación de los funcionarios, sus hijos y sus familiares cercanos. Todo un monumento a la voracidad con los recursos públicos, todo un homenaje a la discriminación más odiosa y a prácticas lindantes con el delito, en un país con 8 millones de indigentes, que se mueren en la ignorancia, sin saber que tienen derechos, a las puertas de los hospitales que no los atienden por feos y por pobres.
Llama la atención poderosamente la reacción del nuevo Ministro de Minas al conocer el desaguizado cleptocrático, quien al mejor estilo turbayista, ofrece hablar con los usufructuarios actuales de dicho fondo para que- dice- lo utilicen de manera moderada.
Ahí queda retratado este Ministro que antes de su arribo al cargo, siempre desde algún puesto burocrático en el exterior, clamaba por la abolición de los descuentos parafiscales, que existen hace más de cincuenta años, alimentados con parte del salario de los trabajadores y que tienen un carácter universal por cobijar no a un grupito aprovechador si no a todos los trabajadores en general.
Lo que se explica, que no justifica, en tanto este personaje y su excelsa formación académica de primer nivel en las mejores universidades internacionales fue financiada por un fondo similar establecido en la oficial Federación Nacional de Cafeteros, para sus altos directivos, uno de los cuales, su Señor padre, fue presidente de ella por tres quinquenios largos.
Solo a titulo de información valdría la pena saber cuántos de esos recursos favorecieron a los hijos del Señor Presidente Santos, mientras fue funcionario internacional de dicha Federación.
Estos personajes son los que ahora se rasgan las vestiduras y vociferan contra los estudiantes colombianos, los miles de estudiantes del pueblo, que se levantan y manifiestan con la fuerza de sus argumentos contra la privatización que quieren hacer de la educación, sindicándolos de no saber porque protestan, de no entender que la educación no puede ser gratuita en un país pobre
como Colombia. Ellos unos aprovechadores de recursos públicos que han conseguido su educación y la de sus hijos más que gratuita y de la mejor calidad.
La indignación contra estas prácticas, estas políticas, estos políticos y funcionarios tiene que crecer y multiplicarse en calles, parques, caminos y carreteras de nuestro país.
No más robo legalizado de los recursos públicos. No a la privatización de la educación.
Desde las calles de Colombia. Noviembre 14 de 2011.
Bayardo Ariza Olarte.
http://bayardodejesus.blogspot.com/

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