lunes, 28 de noviembre de 2011

DEGRADACIÓN CIVILIZATORIA

Nuestro país que, mal que bien, había venido asistiendo a cambios inconclusos, mediocres, “tercermundistas”, que permitían alguna mejoría en amplios sectores sociales, no obstante el crecimiento de la pobreza y la indigencia, siempre bajo la égida del clientelismo y la corrupción oficial, de un tiempo para acá atravesado por el conflicto armado de tipo político-social y, más recientemente inmerso en el malhadado tráfico de drogas y cuando era de esperarse que una mayor y más amplia educación, un crecimiento civilizatorio acorde con los avances de la humanidad, nos ubicaran en mejores condiciones para la convivencia ciudadana, por el contrario, sin saber en qué momento, se produce un traumatismo generalizado proveniente de la creación de verdaderas fuerzas criminales exterminadoras, dotadas de gran capacidad de armamento, acción y movilización, favorecidas por sectores cada vez más claros de las instituciones oficiales, so pretexto de combatir las guerrillas; la dignidad presidencial y su entorno, como está judicializado, el accionar del poder legislativo idem, degradados a extremos nunca soñados, la complacencia con el crimen de amplios sectores de la opinión pública y los principales medios de comunicación, so pretexto de combatir las guerrillas, ahora devenidas en narcoguerrillas y grupos terroristas; las guerrillas apelando a recursos del narcotráfico y a retención criminal de civiles que las alejan de la opinión pública informada: la degradación total del conflicto y un retroceso en civilización.
Cierto que continúan todas las prácticas antidemocráticas denunciadas por la oposición por décadas, ahora perfeccionadas al tenor de los avances tecnológicos, que impiden y hacen nugatoria la limpia lucha democrática por el cambio gubernamental. Cierto que se inventan toda suerte de leyes y prácticas tendientes a esquilmarle a los trabajadores el salario o la posibilidad de trabajo, a los desempleados cualquier expectativa, a los pensionados se los amenaza con quitarles sus medios de subsistencia etc y que se sigue criminalizando la protesta social inerme: sigue todo lo que constituye el conflicto social que solo se resolverá con el advenimiento de la revolución social.
Pero asistir a un espectáculo como el de los últimos quince días en donde el Presidente, los altos mandos militares y otras personalidades desde la radio y la TV se autoadulan y se muestran exultantes al anunciar que utilizando 20 Helicópteros artillados, 4 o 5 aviones fantasma, centenas de soldados y perros amaestrados etc, etc, han dado de baja al comandante máximo de la guerrilla, de la misma organización que vienen anunciando que hace rato está derrotada: criminales insensibles.
Y conocer que la guerrilla mediante tiro de gracia ha asesinado a cuatro policías rehenes que tiene en su poder hace más de 10 años, por estar acosados por el ejército o por venganza o, lo que es terrible pero plausible en medio de un conflicto superdegradado, que fueron asesinados por quienes llegaron a masacrar la columna guerrillera que los tenía detenidos: criminales salvajes.
TODO ESTO MUESTRA UN RETROCESO CIVILIZATORIO AGENCIADO POR QUIENES DEBEN DAR EJEMPLO DE LO CONTRARIO.
Pueda ser que en un acto de verdadera contrición los gobernantes, en vez de insistir sobre la degradación invitando o propiciando actos de masas contra sus detractores, llamaran a la sociedad a repensar el camino hacia el despeñadero en que nos encontramos por su accionar, para buscar y encontrar salidas civilizadas.
Y que las guerrillas en acto de valentía que la sociedad seguramente valorará altamente entreguen la totalidad de rehenes, con que han venido presionando negociaciones, de manera unilateral y sin que medie uno de los tradicionales eventos mediáticos utilizados en el pasado.
Esto nos pondría a todos los colombianos en tónica para rescatar comportamientos civilizados de convivencia, incluso en medio de un conflicto que seguirá hasta que las fuerzas de la razón y de las mayorías enrutemos al país por la senda de la democracia, la paz y la justicia social.
Desde las calles de Colombia. Noviembre 28 de 2011.
Bayardo Ariza Olarte

No hay comentarios:

Publicar un comentario