miércoles, 2 de noviembre de 2011

POLO A TIERRA

Cambio de dirección.
Impuesta por los hechos, que son tozudos, la conducción del POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO (PDA) deberá ser asumida por la fracción que desde siempre ha estado al frente de la movilización social y popular. Desde la Gran Coalición Democrática (GCD), antes de la fundación del PDA, se desarrolló la oposición directa, de masas, callejera, al gobierno de Álvaro Uribe; con motivo del proceso de unidad tendiente a crear al PDA, buena parte de l@s activistas más connotados presentes en la GCD tuvieron que asumir funciones en los organismos de dirección de la nueva organización y luego en los cargos de elección popular, lo que los alejó de su militancia directa en la GCD y en el trabajo de preparación, organización y conducción de la movilización callejera.
De esta manera y dado un sesgo electorerista del PDA que lo llevó a que todo tipo de proceso organizativo, partidista y representativo se tenía que resolver por la vía electoral, favoreciendo a quienes traían una vasta experiencia en los manejos de este tipo de eventos, se configuró una dirección aparatista (milimetría en las dirección de representantes de las diferentes tendencias y/o organizaciones partidarias preexistentes) en la que no había comunicación posible entre las fuerzas diversas, en la que se impuso la mutua descalificación, que fue generando odios internos dignos de mejor causa.
El PDA explícito, popular fue el representado por los elegidos a puestos públicos y a cargos en el legislativo a todo nivel. Ese mismo que después del extraordinario proceso de interpretación de la voluntad popular que dio como resultado la obtención de más de 2.650.000 votos en las elecciones presidenciales de 2006, en cabeza del Dr. Carlos Gaviria Díaz, por incapacidad de las direcciones políticas de los aparatos al interior de la organización permitió que el PDA y sus dirigentes electorales se fueran alejando de las masas, dejaran de entender sus aspiraciones y se enfrascaran en una lucha intestina, liquidacionista, que acaba de presentar la más cruda realidad electoral: el triunfo de quien valido de su paso por el PDA y mediante piruetas electorales efectistas, ahora, accede al gobierno de Bogotá a nombre de una agrupación nueva, que puede ser flor de un día y la representación de PDA en cargos de elección popular se reduce drásticamente en todo el país.
Afortunadamente no es el fin del fin. No obstante, la salida no puede ser la de fortalecer las peores manifestaciones a su interior: el aparatismo (Las evaluaciones deben ser hechas por cada organización de manera colectiva y eso ya, per se, es signo de superación de los errores); El electorerismo (convocar un III Congreso, mediante el sistema único de elecciones, que vuelva a dejar por fuera a quienes trabajan duro en tareas de coordinación y organización de la movilización social y no para obtener votos); El divisionismo (evadir la discusión de temas críticos al interior del PDA como el de las tendencias, el mantenimiento de los partidos y movimientos y sus aparatos y órganos de expresión independientemente del PDA, etc).
Este III Congreso deberá dar la orientación para los próximos dos años, buscando la reorientación, la depuración y el crecimiento del PDA en todo el país y una directriz necesaria para el logro de esta reorientación, depuración y crecimiento no puede ser distinta de trasladar la dirección
general del PDA a quienes vienen trabajando desde su fundación en la preparación, organización y dirección de la lucha y la movilización popular y social, a l@s dirigentes de las organizaciones sociales. Un PDA en las calles, en las fábricas, en caminos y carreteras mostrará el poder popular para resolver los acusantes problemas generados por estos gobiernos neoliberales, acogerá a l@s luchador@s de todos los rincones de la patria, acompañará todas las movilizaciones. Será papel obligatorio de los representantes electos, soportar estas movilizaciones aplicándose con todo rigor a una labor agitacional y propagandista en el parlamento, en asambleas y concejos de tal manera que las masas populares vuelvan a creer en ellos y en el PDA.
Un período de dos años de estudio y análisis científico con la realización de uno o dos Congresos ideológicos deberá dotar al PDA de las herramientas teóricas e ideológicas para conseguir superar las afugias electorales de la hora, pero ante todo para mostrar el camino tendiente a lograr ser gobierno y ser poder para transformar a Colombia y ser actor principal en el cambio de época y de sistema que se respira en el convulsionado mundo de hoy.
Desde las calles de Colombia. Noviembre 2 de 2011.
Bayardo Ariza Olarte.
http://bayardodejesus.blogspot.com/

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